Para los greenkeepers, los desechos de corte son sinónimo de pérdida de tiempo (cuando hay que evacuarlos), de inestetismo y riesgos de formación de fieltro. Unos estudios dirigidos por Phalippou-Frayssinet (véase Fertitests) demostraron que para una misma cantidad de nitrógeno aportada anualmente, los fertilizantes orgánicos (tipo EVER 7) podían reducir en más de un 50% la producción de biomasa aérea, comparados con los abonos minerales retardados. La Universidad de Nebraska (USA) y el Instituto de Bingley (GB) llegaron al mismo tipo de conclusión a favor de los fertilizantes orgánicos, es decir un crecimiento más moderado con una producción de las hojas más controlada particularmente a principios de temporada. Para obtener un resultado idéntico, se evitarán los crecimientos bruscos y se suprimirán los cortes.